domingo, 20 de marzo de 2011

Una experiencia de mi hijo con el inglés

Como les conté en mi presentación, tengo dos niños. Ellos tenían cinco y tres años respectivamente cuando
por mi trabajo, nos fuimos a vivir a EE.UU. En Los Angeles, para ser exactos.
Tres meses después mi hijo mayor(Shigeki) empezó a ir a la escuela primaria. En Japón no había hablado nunca inglés.
Un día me llamó por teléfono la profesora de su clase para pedirme una reunión con ella. El día citado fui a la
escuela para visitarla. Y entre otras cosas, esto fue lo que me dijo:

La profesora: Shigeki lleva seis meses estudiando con nosotros. Le cuento que es un alumno muy simpático,
siempre con una sonrisa. Pero no habla ni una sola palabra de inglés.
¿Hablan en inglés en casa?
Yo: No, hablamos en japonés en casa.
La profesora: ¡Ahí está el problema! Hablan en inglés en casa a partir de hoy.
Me aconsejó ella en voz alta.

Mis hijos empezaron a hablar en inglés el uno con el otro en casa muy pronto, pero mi esposa y yo continuábamos hablando con ellos en japonés, porque esperábamos que ellos llegaran a ser bilingües.
Creo que muchos niños extranjeros que viven en Japón estudiando en las escuelas aquí pueden tener la misma experiencia que Shigeki.

Seis meses después fui a la escuela otra vez para conversar con la profesora a pedido suyo. Me dijo que había
un problema nuevo con Shigeki, pues era tan hablador que charlaba much con el compañero al lado en la clase.
Al escucharla teñia una sensación mixta, pero francamente quedé muy contento con la información que
me dio la profesora. Exclamé en el fondo de mi corazón ¡Arriba! Finalmente Shigeki está hablando en inglés.

Aprender un idioma extranjero se podría comparar con una erupción volcánica. No habrá erupción hasta
que la lava suba a un cierto nivel.

Afortunadamente él se hizo amigo de un niño que vivía cerca de mi casa y pasaban mucho tiempo juntos.
Además tratamos de darle muchas oportunidades para practicar inglés.